Crítico a El arbol de la vida en Underbrain Mgz.
Terrence Malick convertido en chica, fotografiándose en la boca del lobo tiburón.
Fui a ver la pinícula y luego opiné bajo mi subjetividad, porque las opiniones son como el culo, todos tenemos uno.
Aquí la crítica en la imprescindible Underbrain Magazine.
Me atrevo a cuestionar problemas finos en la película y escribirlos en la crítica, como si yo pudiera criticar a un profesional del medio cinematográfico, todo el mundo que conozco critica a las pelis: Esta me gustó, esa es una mierda, esa entretiene, esa está bien, la otra es un peliculón.
MI padre también opina de cine, sencillamente no le gusta ninguna. Cada vez menos. Y su opinión es tan válida como la de cualquier otro sólo que él tiene la decencia de no escupirnos sus opiniones como si fueran válidos consejos. Como si su opinión significara algo. Como si él pudiera hacer un largometraje.
- Anton Ego nos habla desde la increible Ratatouille:
(Cambia cocina por cine y todo encaja)
La vida de un crítico es sencilla en muchos aspectos, arriesgamos poco, y tenemos poder sobre aquellos que ofrecen su trabajo y su servicio a nuestro juicio, prosperamos con las críticas negativas, divertidas de escribir y de leer; pero la triste verdad que debemos afrontar, es que en el gran orden de las cosas, cualquier basura, tiene más significado que lo que deja ver nuestra crítica. Pero en ocasiones el crítico sí se arriesga cada vez que descubre y defiende algo nuevo. El mundo suele ser cruel con el nuevo talento, las nuevas creaciones, lo nuevo, necesita amigos. Anoche, experimente algo nuevo, una extraordinaria cena de una fuente singular e inesperada. Decir solo que la comida y su creador han desafiado mis prejuicios sobre la buena cocina, subestimaría la realidad. Me han tocado en lo más profundo. En el pasado, jamás oculte mi desdén por el famoso lema del Chef Gusteau “Cualquiera puede cocinar”, pero al fin me doy cuenta de lo que quiso decir en realidad: no cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede provenir de cualquier lado. Es difícil imaginar un origen más humilde que el del genio que ahora cocina en el restaurante Gusteau, y quién, en opinión de este crítico, es nada menos que el mejor Chef de Francia… Pronto volveré a Gusteau hambriento.