Hernán Migoya (La Puta de las letras) estrena página.
Brainstorming y sobada intelectual (todas putas) Vs. letras Hernán Migoya (putas es poco)
Esta semana (como muy tarde el jueves) el Sr. Bouman me confirma que tendrá la nueva página web de Hernán Migoya lista para todo el que quiera disfrutarla.
Hernán es un personaje si más no inquietante del panorama actual, irregular y con muchas posibilidades. Fui -gracias al Sr. Bouman- al pase de prensa de su peli que aun no se ha estrenado... he seleccionado fragmentos de una interesante entrevista general que le hicieron y que el mismo publicita en su -antiguo por ahora- Blog.
-En tus relatos, se exploran algunos rincones oscuros de los hombres: violencia, crueldad...Yo soy incapaz de hacerle daño a nadie, pero tengo que desahogarme. Así que mato en mis obras, para no ir a la cárcel. Hablo de la hipocresía, de la incoherencia que soporta todo individuo decidido a vivir en sociedad y que intenta conciliar pulsiones que le vencen o, en el peor de los casos, que domina. Si son rincones oscuros, son los míos. De hecho, para mí buscar sexo no es patético. Y lo mismo con la violencia: es una necesidad. No tenía conciencia de que eran rasgos tan oscuros. O igual es que los escritores de ahora viven poco y se asustan de todo. O son mejores personas que yo.
-¿Estás de acuerdo en lo de que el arte debe ser amoral?
Sí, porque la única obligación que debe cumplir es ser libre de la sociedad que lo genera, e incluso del artista. Debe aspirar a surgir libre de premeditaciones. Y de intenciones morales, en un sentido u otro. Ojo: si yo describo un acto de sexo con una menor, debo hacerlo sin escandalizarme o subrayarlo como narrador, porque ese posicionamiento premeditado delataría de qué sociedad provengo, una que ahora demoniza el sexo con menores.
-Como lector y espectador, ¿crees que en ficción todo vale?
No pondría ningún límite. Me interesa más el arte que las muertes que pueda provocar.
-¿Qué piensas del feminismo?, ¿y de la nueva Ley de Igualdad recién aprobada?
Yo no discrimino a la mujer con respecto del hombre: los dos me parecen igual de despreciables. Respeto a las feministas, porque al menos ellas parecen sinceramente convencidas de las gilipolleces que dicen. La paridad es conseguir la igualdad de derechos de facto por el camino equivocado: marginando a la gente por su sexo. Queremos que las mujeres sean iguales, entonces les otorgamos unos privilegios para que lo consigan: les regalamos puestos en el Parlamento como si les abriéramos la puerta para que pasaran, como galantes protectores: "Usted primero, señorita". Un hombre sigue siendo sólo un hombre; pero una mujer es representante de todo un género y, por tanto, intocable. Incluso desde el arte.
-A toro pasado, ¿no crees que te benefició? ¿qué quizá 'Putas es poco' no habría sido posible sin aquello?
Naturalmente, me benefició. Vendo veinte veces más que si no hubiera pasado y gozo de un estatus mayor que casi todos los escritores de mi generación. El título 'Putas es poco' también lo elegí porque sabía que la prensa se lanzaría a hablar del libro. Y ha funcionado. Qué curioso, ¿no?
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