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Se cuece y enriquece el ´AMOR´ (02/05/07)

Se cuece y enriquece el ´AMOR´ (02/05/07)

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"Esa luz le ilumina el chochamen" (comentario anónimo)

En un lugar de la Vera , de cuyo nombre no quiero acordarme, una noche de verano, un vecino divisó un Ovni. Llamó a los civiles, que alertados por la confluencia de unas luces sobre el cielo, acudieron al lugar que el paisano había señalado. Entre jaras y retamas, cargaron el CETME. Al acercarse silenciosos a la fuente de luces, sorprendidos, empezaron a escuchar música caribeña. El Ovni era un puticlub con un enorme láser que dibujaba corazones de colores en la panza de las nubes.

Si en tiempos de los romanos una ardilla podía cruzar España saltando de árbol en árbol, en nuestros días un español puede cruzar España fornicando de puticlub en puticlub.

Dice el sabio Luis Cencillo que el hombre es un pozo incolmable de deseos. Yo creo que el españolito es más bien un pocero de deseos, a juzgar por lo que cantan las estadísticas de los luminosos de las carreteras.

Todos los días, un millón y medio de ciudadanos, más o menos empalmados, se van de putas. Cuatrocientas mil mujeres de todo el mundo ejercen la más vieja de las profesiones en Celtiberia. No hay parangón con los “países de nuestro entorno”, pues aquí los garitos son enormes complejos polideportivos (Ovnis) donde cientos de chicas de las Américas o del Este pagan alquileres por habitaciones multiuso con derecho a rancho, seguridad, leguleyos, psicólogos y médicos. Hay todavía en el sector chulos y explotación cruel, especialmente entre las toxicómanas, mujeres de África y mafias del Este, pero el perfil de la trabajadora del amor va siendo el de una autónoma sin fronteras que pacta con un hotelero mafioso.

Para Houellebecq, el turismo sexual responde a la necesidad de ambas partes. Yo entiendo la necesidad, pero no deja de llamar la atención la cantidad de peatones insatisfechos que hay en España, y lo asumido que tienen que pueden comprar compañía y sexo sin ningún tabú. ¿Qué es lo que está pasando aquí? Entre chicos jóvenes se ha impuesto la moda de ir a ligar putis, puesí el trato es “más humano” que en la movida alcohólica frustrante y “el éxito” está garantizado. Mucha debe ser la frustración, y mucho el deseo incolmable del eyaculador o votante medio. Hay una necesidad invisible de amor y de afecto, pero también una gran enfermedad de incomunicación e inconsciencia. El hombre es un guarro para con el hombre, y la mujer es su socia en el festín de las entrañas.

Las putas suelen ser parte de las elites de sus lugares de origen, mujeres de mundo con historias de realismo mágico, que tienen enfrente a unos desgraciados clientes estabulados a los que suelen sacar una cabeza. Mujeres a las que los paisanos sólo sueñan viendo los anuncios, mujeres inaccesibles. Gracias al puticlub muchos matrimonios persisten y muchos hombres son felices por un rato. No me opongo a este fenómeno si no hay explotación: juzgue la paloma a la serpiente que se la come y la serpiente al coche que la atropella. Las putis son el síntoma de muchas cosas, entre otras, de un gran desentendimiento entre hombres y mujeres.

Los puteros hacen verdad aquella frase de Cèline: “¿El amor? El amor es el infinito al alcance de los perros”.

- Texto de Paco Obrer en Generación XXI

(Republicado por problemas de hackeo . Original date: 02/05/07)

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