Miedo: poderoso aliado

Los periódicos no dejaban de asustarme. Nuevos estudios aportaban datos horribles acerca de prácticamente todo. Las pruebas sugerían que no íbamos bien. Los investigadores coincidían con pesimismo. Se entrevistaba a psicólogos medioambientales. Se habían causado daños "de manera inconsciente". Se hablaba de "temidos fallos". Se habían cometido "errores al evaluar las posibilidades". Las situaciones se habían "deteriorado". La crueldad iba en aumento y nadie podía evitarlo. La población estaba condenada y, sin embargo, no le importaba. Estudios no publicados ocultaban el hecho de que todos estábamos pagando un precio. Los científicos observaban los datos y llegaban a la conclusión de que todos deberíamos preocuparnos mucho, nadie sabía ya lo que constituía un comportamiento normal y algunos argumentaban que eso era una virtud. Y nadie se lo discutía. Nadie cuestionaba nada. La ansiedad empapaba los dias de la mayoría de la gente.

A todo el mundo le preocupaba el horror. La locura revoloteaba por doquier. Cincuenta años de estudios respaldaban estas informaciones. Se adjuntaban diagramas para ilustrar estos problemas: círculos y hexágonos y cuadrados, diferentes divisiones coloreadas en lima o lila gris. Lo más pertubador eran los signos que apuntaban a que nada podría transformar todo esto en algo positivo. No podías evitar sentir a la vez miedo y fascinación. Al leer esos artículos tenía la impresión de que a largo plazo la supervivencia de la humanidad no era demasiado importante. Estábamos condenados. Lo merecíamos. Estaba muy cansado.

(...)

Y había tantos niños desaparecidos que bordeaba la epidemía.

- - Fragmento de la última novela Lunar Park de Bret Easton Ellis que he adquirido.

- Imagen de Loisy