Relato Encadenado (al fin)
Había soñado con carne aquella tarde y desperté a media noche con muchas ideas interesantes y una resaca sucia que me hacía sentir bien.
Toda esa carne seguía cimbreándose en mi cerebro mientras las sábanas de seda me acariciaban cálidamente. Carne perfecta... tenía un plan y ya era hora de cumplirlo. Nunca pensé que daría tanto por la realización de un sueño y aquel era importante, el más importante.
Mis amigos masculinos me definían como una "perrita inquieta y simpática" y me gustaba, ahora el adjetivo de "cazadora" se iba a sumar a mi persona. Quería colmar aquel instinto básico que me empujaba a cazar en la noche... seguir a la víctima, oler su miedo y asaltarla para jugar con ella como lo hago con las moscas, arrancándoles las alas.
Me pongo cosas que no llamen la atención, una de las ventajas -según una amiga- de ser mujer es que sudamos mucho menos que los hombres y esta noche iba a utilizar todo mi encanto personal para acosar, acorralar y capturar una presa para divertirme en la oscuridad con ella.
Sabía como jugar las cartas y la verdad es que nunca había tenido muchos problemas para conseguir víctimas. Lo que si me repateaba eran todos los tios que no dejaban de babearme los pies, eso si que era triste, los tios nunca entenderían por que me gustaban ellas y no ellos cuando en realidad ellos lo sabían mejor que nadie.
Yo solo trabajaba como una corporación, era ciega en cuanto a sentimientos éticos, solo me centraba en el objetivo y bajo la terapia "pasos de bebé" lo podía conseguir todo.
A veces me asustaba a mi misma mientras pensaba en ciertas cosas, en agarrar carne y sodomizarla, jugar al poli bueno poli malo y atragantarme con sus emociones.
Salgo por la puerta con mi perfume de "meuca de calidad" y me cruzo con la hija de mi vecina, una rubita típica de los tiempos que corren en la cultura del movil y de la masificación de las metrópolis, llenas de individuos solitarios y movilizados, me regala una sonrisa que me alegra la noche e ilumina la escalera.
Ella me gustaba mas que nada pero estaba demasiado cerca... entro en el ascensor con ella y me impregno de su aroma, se acabó el suplicio, la calle es mia y me siento tan fuerte como para comerme el mundo por los pies.
Pd: Siento el retraso anal en el comienzo de todo esto :( / :) / pene.
Pd: Hay muchas empresas que basaban toda su fuerza económica en todo lo que aparentaban y para nada en la calidad del servicio.
Toda esa carne seguía cimbreándose en mi cerebro mientras las sábanas de seda me acariciaban cálidamente. Carne perfecta... tenía un plan y ya era hora de cumplirlo. Nunca pensé que daría tanto por la realización de un sueño y aquel era importante, el más importante.
Mis amigos masculinos me definían como una "perrita inquieta y simpática" y me gustaba, ahora el adjetivo de "cazadora" se iba a sumar a mi persona. Quería colmar aquel instinto básico que me empujaba a cazar en la noche... seguir a la víctima, oler su miedo y asaltarla para jugar con ella como lo hago con las moscas, arrancándoles las alas.
Me pongo cosas que no llamen la atención, una de las ventajas -según una amiga- de ser mujer es que sudamos mucho menos que los hombres y esta noche iba a utilizar todo mi encanto personal para acosar, acorralar y capturar una presa para divertirme en la oscuridad con ella.
Sabía como jugar las cartas y la verdad es que nunca había tenido muchos problemas para conseguir víctimas. Lo que si me repateaba eran todos los tios que no dejaban de babearme los pies, eso si que era triste, los tios nunca entenderían por que me gustaban ellas y no ellos cuando en realidad ellos lo sabían mejor que nadie.
Yo solo trabajaba como una corporación, era ciega en cuanto a sentimientos éticos, solo me centraba en el objetivo y bajo la terapia "pasos de bebé" lo podía conseguir todo.
A veces me asustaba a mi misma mientras pensaba en ciertas cosas, en agarrar carne y sodomizarla, jugar al poli bueno poli malo y atragantarme con sus emociones.
Salgo por la puerta con mi perfume de "meuca de calidad" y me cruzo con la hija de mi vecina, una rubita típica de los tiempos que corren en la cultura del movil y de la masificación de las metrópolis, llenas de individuos solitarios y movilizados, me regala una sonrisa que me alegra la noche e ilumina la escalera.
Ella me gustaba mas que nada pero estaba demasiado cerca... entro en el ascensor con ella y me impregno de su aroma, se acabó el suplicio, la calle es mia y me siento tan fuerte como para comerme el mundo por los pies.
Pd: Siento el retraso anal en el comienzo de todo esto :( / :) / pene.
Pd: Hay muchas empresas que basaban toda su fuerza económica en todo lo que aparentaban y para nada en la calidad del servicio.
1 comentario
El inadaptado -
Solo un detallito. Falta el enlace al siguiente blog de la lista. Si ya no recuerdas cual es, puedes mirarlo en la página del relato. Colgaré esta parte lo antes posible