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Si, pasó, los humanos somos muy inteligentes en general... pero para lo que nos sirve...

La realidad sigue superando a la ficción.

TERMINO EL ASUNTO MEDICO-PERIODISTICO-POLITICO MAS FAMOSO DEL CORRIENTE SIGLO

Terri Schiavo dejó de existir en Florida, cerrando su caso
Había sobrevivido conectada a un tubo o catéter nutricio durante 15 años, y cayó a los 41. El elemento que le permitía alimentarse le había sido quitado. Intervenciones del presidente norteamericano George W. Bush, en su rol humanista, y de su hermano gobernador Jeb Bush. El Vaticano.


PINELLAS PARK—Theresa (Terri) Schindler Schiavo, quien vivió 15 años en estado vegetativo persistente, dejó de existir en la víspera (día del Beato Amadeo de Saboya) a los 41 años de edad, tras pasar 13 jornadas sin alimentación luego de serle removido el catéter nutricio que la mantenía viva, dijo un portavoz de su familia, el sacerdote católico Paul O’Donnell.

La enferma “falleció hace unos momentos”, señaló el franciscano O’Donnell. Sus parientes, que dieron una feroz pelea para evitar la muerte, no hicieron declaraciones y estaban en el centro de cuidados de Pinellas Park (Florida), donde se encontraba su hija. El Vaticano dijo ayer que el final fue “anticipado arbitrariamente”, según el portavoz oficial Joaquín Navarro Valls.

Terri Schiavo sufrió un infarto en 1990 que le cortó el oxígeno a su cerebro, dejándola en estado vegetativo después de una breve etapa en coma.

Según los médicos, el infarto fue provocado por un desequilibrio de sodio y potasio producto de algún desorden alimentario, probablemente bulimia.

Su consorte, Michael Schiavo, se dedicó desde entonces a cuidarla y buscar su rehabilitación (ver más adelante), y en 1993 presentó una demanda por impericia contra los galenos que trataron por infertilidad a su mujer, y que debieron haberle detectado algún desorden alimentario.

Schiavo ganó poco más de un millón de dólares por la demanda, y en ese momento se peleó con sus suegros, Robert (Bob) y Mary Schindler, porque supuestamente le pidieron compartir los dólares.

No obstante, sus padres políticos alegaron que el hombre desde entonces se negó a seguir tratando a su cónyuge Terri, inhabilitada a causa de su trauma.

En 1994, y tras un proceso de rehabilitación infructuoso, Michael Schiavo se dio por vencido y decidió no tratarle una infección a su mujer y dejarla morir naturalmente. No obstante, el hombre rubio después se retractó públicamente.

Ese mismo año sus progenitores políticos iniciaron una acción legal para quitarle la custodia sobre su mujer, Terri Schiavo, pero perdieron el combate.

Imposible imaginar que esa guerra así de contrahumanitaria se convertiría luego en un asunto o problema de la administración estatal norteamericana. Como que el presidente protestante George Walker Pierce Bush hizo campaña por Terri.

En 1998 Michael Schiavo pidió la remoción del catéter alimentario, alegando que Terri le había comentado a unos amigos que no querría ser mantenida viva por medios artificiales, si algo realmente catastrófico le ocurriese.

La corte judicial floridense admitió los testimonios y en abril de 2001 dispuso por primera vez la interrupción de su nutrición mediante el catéter. Dos días después un tribunal de apelaciones ordenó proseguir la alimentación para revisar el caso de supervivencia.

La batalla legal por evitar la desaparición humana de Terri Schiavo continuó y en octubre de 2003 se le desconectó nuevamente el tubo alimentario.

Para entonces el caso ya recibía atención en los medios de difusión de todo el planeta civilizado, y Jeb Bush (robusto gobernador del estado norteamericano de Florida y hermano menor del presidente George Walker Pierce Bush) intervino en él por primera vez, para evitar el paso de Terri a la eternidad.

Seis días después, impulsada por Bush chico, la legislatura de Florida aprobó una legislación especial que ordenó o dispuso técnicamente la reconexión para seguir evaluando el caso, según sus correspondientes méritos.

En septiembre de 2004 la corte suprema de Florida declaró inconstitucional esa legislación y en febrero de 2005 se ordenó nuevamente la desconexión, que esta vez sería definitiva, el 18 de marzo último, día de San Cirilo de Jerusalén, incidentalmente famoso por su poder de curación de enfermos graves.

Privados de cualquier otro recurso, los familiares de Terri Schiavo apelaron al Congreso norteamericano, el cual tres días más tarde aprobó una ley especial para la doliente, ordenando a los tribunales federales, que antes no habían intervenido en el caso, que lo revisaran.

Los tribunales federales se negaron en total 12 veces a ordenar la conexión del catéter o a intervenir en el episodio, que ya había recorrido las páginas del periodismo internacional.

Durante todo ese tiempo los padres de la mujer y su hermana y hermano clamaron en vano que le reconectaran el tubo, apoyados por activistas conservadores, religiosos y antiaborto, que calificaron el proceso como un “feroz asesinato”.

El cadáver de Terri Schindler Schiavo será cremado y sus cenizas sepultadas, por orden del tribunal, en una tumba de la familia de su viudo en Pensilvania, a pesar de que sus progenitores querían mantenerla con ellos en Florida.

Obviamente, la sobrevive Michael Schiavo, quien había reconformado su existencia con otra dama de Florida, que le alumbró dos hijos. (EFE, NA y Reuters)

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