Blogia
Mckeyhan Presents

Querida Mallory

Querida Mallory

Eres un ser vil, cruel y despreciable, y aquí, en Sigma Phi, todos queremos comerte el coño. Si sales de ahí, quizá puedas arreglártelas para venir a una de nuestras fiestas "temáticas". "La Noche de la Matanza del Conejillo de Indias" fue un gran éxito; vinieron más de doscientas personas.

Colgamos de las patas traseras a un conejillo de Indias gordo y grandote, en el medio de la sala de estar, y, por turnos, lo pinchábamos con un piolet de montaña, le quemábamos la cara con un encendedor y le metíamos lápices por el culo, mientras el conejillo chillaba como un condenado. El objetivo del juego ea mantenerlo con vida el mayor tiempo posible. Nos duró nada menos que seis horas y media. Supongo que es por eso que los llaman conejillos de Indias.

Tish mi novia, se entusiasmó tanto que le quiso pinchar tan fuerte que la tuve que parar. (Ella empezará a estudiar Derecho en otoño; me recuerda a ti.) Luego me llevé a Tish al sofá y me la follé- Ella me dijo que fue la mejor jodienda de su vida, al oír morir a aquella bola de pelambre. Desde entonces, hemos celebrado "La Noche de la Matanza del Gatito", "La Noche de la Matanza del Cachorro" y "La Noche de la Matanza del Cerdo Barrigudo Vietnamita". ¡Como chillaba ese cerdo! Una tía de la Escuela Veterinaria se enteró del rollo, entró gritando e intentó soltar al animal, así que Tish se sentó encima de su panza. Finalmente, la atamos encima de la mesa del comedor. Parecía que la cosa se desmadraba cuando dos futbolistas se pusieron como a violarla, pero lo creas o no, le acabó gustando. La penetraron por los dos lados y ella, finalmente, se portó como una profesional, mientras Brent, que estudia Medicina, le sacaba los ojos al cerdo con un cuchillo. (¡Sí, aún estaba vivo! Quisiera saber dónde está su cerda madre o si le importa.)

Tuvimos otro problema que supimos resolver a nuestro favor cuando Inez, nuestra ama de llaves, amenazó con denunciarnos al decano. Le dijimos que la delataríamos al Departamento de Inmigración y eso la hizo callar. Para darle una lección, improvisamos como sorpresa una "Fiesta de Tortura al Ama de Llaves". No, no la hemos matado; pero después de darle un buen susto, todos nos meamos encima de ella por turnos. (Ella dejó el trabajo al día siguiente.) Luego, cuando estábamos follando, Tish me dijo cuántas ganas tenía de matarla; dijo que sería la jodienda ideal.

Como nunca he matado a nadie, no lo sé. A veces pienso que me gustaría, pero sería demasiado lío si me pillasen. Tengo todavía un año de carrera por delante y tres de escuela empresarial, y no quiero arriesgar mi futuro profesional. He oído decir que en Tailandia hay sitios donde se puede comprar a alguien para matarlo (normalmente algún imbécil que necesita alimentar a su familia); probablemente, sería divertido. Quizá Tish y yo podríamos ir allí a apasar la luna d emiel. Ella siempre dice que la violencia es el verdadero espíritu de la Madre Naturaleza. El marqués de Sade decía que la crueldad es perfectamente natural. Supongo que, en este sentido, todos somos ecologistas. Tú y Mickey sois nuestros dioses paganaos. Si Tish y yo no estuviéramos tan ocupados con sacar la carrera y ganar dinero, haríamos lo que hicisteis vosotros. ¡Matad a alguien por nosotros!

Josh G.

Universidad de Stanford - Palo Alto, California

 

- Del libro de John August y Jane Hamsher (Asesinos Natos) ¡Cuanto tiempo!

0 comentarios