Fea desde Ninguna parte
Estaba yo paseando por ahí y me encontré con el concepto químico del amor, la FEA.
No hay duda: el amor es una enfermedad. Tiene su propio rosario de pensamientos obsesivos y su propio ámbito de acción. Si en la cirrosis es el hígado, los padecimientos y goces del amor se esconden, irónicamente, en esa ingente telaraña de nudos y filamentos que llamamos sistema nervioso autónomo. En ese sistema, todo es impulso y oleaje químico. Aquí se asientan el miedo, el orgullo, los celos, el ardor y, por supuesto, el enamoramiento. A través de nervios microscópicos, los impulsos se transmiten a todos los capilares, folículos pilosos y glándulas sudoríparas del cuerpo. El suave músculo intestinal, las glándulas lacrimales, la vejiga y los genitales, el organismo entero está sometido al bombardeo que parte de este arco vibrante de nudos y cuerdas. Las órdenes se suceden a velocidades de vértigo: ¡constricción!, ¡dilatación!, ¡secreción!, ¡erección! Todo es urgente, efervescente, impelente... Aquí no manda el intelecto ni la fuerza de voluntad. Es el reino del siento-luego-existo, de la carne, las atracciones y repulsiones primarias..., el territorio donde la razón es una intrusa.
Pd: Como ven, la playa (que aunque vista de negro me es una placenta impepinable) es un buen lugar para aunar lírica y contemplación erótica, que en realidad es lo que hago todo el tiempo en la urbe, pero que allí como que se naturaliza y pierde violencia. En la playa, además, se les ve a las chicas esa falta de sentido poético que tienen las chicas (con perdón) y se les ven también más cosas, pero que en el fondo son la misma: el pragmatismo ese innato y los pies en el suelo.
Pd del Blog Elmisteriodelosintervalosdetiempo
Imagen de Marc Lindsros en la página de Nocturnals Model Agency
1 comentario
chin -
Y lo que hay que hacer cuando uno se enamora es ir directamente al psiquiatra.