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Mckeyhan Presents

Welcome to the real World

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(Image From Postsecrets)

¿Puede un hombre moral como yo mantener su código de moralidad en un mundo inmoral? (De Rebelión en Polonia)

1) EL TRABAJO COMO MALDICIÓN (de Indymedia)

Durante la mayor parte de la historia de la civilización el trabajo fue considerado como una actividad despreciable, considerándose impropia de seres libres, y llevada a cabo por esclavos o extranjeros. (...)
El origen de las palabras nos proporciona, así, una visión esclarecedora de que la situación no ha cambiado tanto(...) La esclavitud ha sido sustituida por hipotecas, inflaciones económicas y miedo a perder el medio de subsistencia.
Abocados a la necesidad impuesta del consumo, en la búsqueda de un poder adquisitivo para sobrevivir en la sociedad del bienestar, miles de personas se ven sometidas a dividir su vida en tiempo de trabajo y tiempo de ocio, en tiempo esclavo y tiempo libre. Se dirigen cada día a un lugar bien sea una silla, un andamio, un vehículo… a ganarse el pan con el sudor de su frente, como postulan los mandamientos más cristianos, que sitúan el origen del trabajo en la maldición bíblica por la que la humanidad fue expulsada del paraíso, donde se vivía sin trabajar.p
La subsistencia más elemental de mucha gente depende de unas minorías privilegiadas que amasan fortunas incalculables. Periódicamente se exhiben listas de multimillonarios, como si fuera algo a emular, pero no se dice que estos individuos son los principales responsables de la miseria de miles de millones de personas, de la total destrucción del planeta, de las continuas guerras existentes. Esta minoría dejó de trabajar (o no lo ha hecho nunca) obligando a los demás a trabajar para ella. Las poblaciones son masificadas salvajemente en algunos territorios, dejando otros despoblados. Todo ello ocasiona los llamados “problemas del agua, electricidad, etc.”. Destruyen el territorio mientras se lucran especulando. Se proyectan obras innecesarias, se controlan las fronteras y si hace falta se hacen nuevas prisiones para encarcelar y reprimir a los descontentos. Van de la mano de los políticos para imponer sus reglas y se sirven de los medios de comunicación, suyos o a su disposición, para implantar un pensamiento único: el que les permite mantenerse como clase dominante y explotar al resto para su propio beneficio.
Ya lo dice el saber popular: trabajando nadie se hace rico.
No podemos permanecer impasibles ante nuestra propia explotación y asimilar el sufrimiento como algo normal en nuestra vida. No tenemos nada que agradecer a los que nos dan trabajo, son ellos los que dependen de nosotros para mantenerse en el poder. ¿Hasta cuando vamos a permitir que otros dominen nuestras vidas? ¿Hasta cuando vamos a soportar esta maldición?
(...)
Nuestras vidas tienen mucho valor. Nuestros cuerpos y pensamientos no tienen precio.

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2) La crisis alimentaria: el fracaso de un sistema (de Kaos en la red)

El ejemplo de que la especulación capitalista es la responsable del alza inhumana de los precios de los cereales la da el arroz, no es utilizadocomo biocombustible, y sus cosechas han tenido un récord este año de 423 millones de toneladas, capaz de satisfacer la demanda global. Pese a ello, el precio pasó de 10 a 24 dólares por quintal ó 360 a 760 la t. m.

Según el FMI, los precios de los cereales, que se han disparado en el último año, sumirán en el hambre a 100 millones en el mundo, que se suman a los 2,000 millones de personas que ya vivían por debajo de los dos dólares diarios que, según ellos, marca la línea de la indigencia. La CEPAL calcula que 10 millones de personas más dejarán de “poner la paila” en América Latina, un continente que hace décadas tiene a más de la mitad de su población por debajo de la línea de pobreza.

De manera que, así como hasta hace poco se especulaba con las acciones de empresas públicas privatizadas, en fondos de jubilaciones, o en hipotecas de alto riesgo, ahora se ha puesto de moda especular con la comida como forma segura de hacer negocios invirtiendo en un bien vital para la humanidad.

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