
EL protagonista va por la calle y casi se choca con una chica:
- Perdón.
- Perdón.
¿Lo hacemos de nuevo? Sé que no nos conocemos...pero no quiero ser una hormiga. Digo, vamos por la vida con nuestras antenas funcionando y nos ponemos en el modo de piloto automático sin que nada realmente humano nos sea requerido.
"Detente, avanza,camina hacia acá, conduce hacia allá" .
Toda acción es básicamente para sobrevivir. La comunicación sólo sirve para mantener a la colonia de hormigas zumbando cortésmente.
"Aquí tiene su cambio ¿bolsa de papel o de plástico, tarjeta de crédito o de débito, quiere ketchup?"
No quiero este sintetismo, quiero momentos humanos reales. Quiero verte y quiero que me veas. No quiero renunciar a eso, no quiero ser una hormiga, ¿entiendes?
- Sí, muy bien yo tampoco quiero ser una hormiga.
Gracias por compartir eso conmigo. Últimamente he estado en piloto automático. No me siento hormiga pero seguramente empiezo a parecerlo.
- Info: Extraido de la película Waking Life de Richard Linklater
Autor: alentadora
Una vez en el autobus un chico que se sentó detras mia djó caer un apelito doblado al lado de mia siento, en él venía su número de teléfono y una proposición de cita. Era la primera vez que me pasaba eso, me pareció genial que alguien tuviera hagallas de enfrentarse a una situación de atracción con un completo desconocido, claro que yo tenía novio en aquella época y no pasó nada, pero le dije que me había parecido un gesto encantador.
Fecha: 21/06/2006 21:06.
Autor: David Franco
Estaba en las cuevas del sesamo, solo, algo pensativo, recordandola y preguntandome de que va la vida, como siempre,preguntas, respuestas, sueños, y tal vez si, para aparentar tranquilidad?, como una ¨hormiga¨, vagaba por las calles antiguas de madrid, entre el tropel de la gente decidi refugiarme en el dicho sitio, cual ave q busca su salvacion ante la tormenta en algun escondrijo... alli, entre er barullo y la los clasicos al piano de aquel veterano acostumbrado a esas nostalgicas notas, pedi un cubata y solo en una de las mesas mas pequeñas d madera, estuve escribiendo, cansaba al viejo y simpatico camarero, que me atendio, pidiendole hojas sueltas donde escribir mi nostalgia, y alli estaban dos ninfas mezcladas entre la cofradia de jovenes no tan ilustrados que visitan estas cuevas tan letradas, tal vez por moda o atraidos por las citas celebres en sus viejas paredes de bòveda. Inspirado o tal vez flechado, le dedique un poema a aquella de rojo carmesi vestido, entre cruces de miradas se acercò solo a pedirme fuego... tal vez si su nombre le hubiese preguntado... solo despues decidi terminar mi escrito y antes de irme al pagar la cuenta le dije al camarero que les diera este escrito, no tuve el valor de darselo en persona, pero pense, q era alegria mia, alegrar a otra alma sin esperar gradecimiento, critica o complacencia, solo por el mero arte de invadir por unos segundos sus sentidos...
Fecha: 07/07/2006 18:29.